El Nacimiento A La Eternidad De Juan Pasquau.
“El estilo gótico tiene
como un deseo de verticalidad. Traduce en la piedra un anhelo místico, de elevación,
de aspiración a lo divino”
“¿Esa túnica? – Será mi
vestido para la entrada en el Reino sin fin, sus pliegues se aquietaran
definitivamente en el arca anónima que guardara mi rigidez yerta”
Juan Pasquau (Anselmo de Esponera).
D
|
ía 10 de junio de 1978 –festividad de San
Timoteo-, la monumental ciudad de Úbeda, amaneció como un día cualquiera. Ese
día se inaugura en la ciudad, el Museo-Biblioteca San Juanista. El Museo,
partiendo de los objetos que ya poseía la Comunidad de Carmelitas Descalzos de
Úbeda y que pertenecieron a San Juan de la Cruz, recoge, guarda y exhibe todas
aquellas cosas relacionadas con el Santo que, aparte de las que datan de
aquella época, van surgiendo y siendo donadas a los carmelitas, con la idea de
que el visitante y estudioso se sitúe
mejor en este ambiente y comprenda más
íntimamente su figura y captar más fácilmente su mensaje.
Este
Museo- Biblioteca Sanjuanista de Úbeda, está instalado en el Convento de los PP. Carmelitas Descalzos,
teniendo su ingreso, por una puerta adintelada orientada a Poniente, por la que
el 28 de septiembre de 1591 entrase enfermo San
Juan de la Cruz. Don Manuel Fernández Peña tuvo mucho que ver en lo
económico para que el museo fuese una realidad.
Si
el día empezaba bien, para la historia de Úbeda, este Sábado terminó mal para
la misma, ya que en Madrid muere don Juan Pasquau de sesenta años de edad, tras
sufrir una larga enfermedad, en la planta segunda, cama 239 de la Clínica
Puerta de Hierro.
Por tal motivo el diario Jaén, para
el dominical día 11 de junio dedica varias páginas con artículos de varios
colaboradores y amigos, al ilustre escritor fallecido:
... Ha Muerto Juan Pasquau.
Nos ha dejado anonadados. A pesar de
que lo sentíamos inminente. Juan Pasquau, el maestro, el escritor, el amigo,
llevaba ya muchos días haciendo saber su valía también a la muerte. Sin
arrogancia, porque él fue siempre grande por humilde; pero sin temor, porque él
fue siempre noble por su bondad. Y la ha afrontado como correspondía: Con la
amistad trascendente de quien sabe que esa muerte de es Vida, con la pluma de
su vida trazando los párrafos más sublimes de su definitivo artículo, con la
maestría que da el dominio del más profundo saber.
Pero de todas formas, aunque esperábamos
la terrible noticia porque día a día, pulso a pulso, fuimos sabiendo de su irse
para mejor, y permanentemente, quedarse entre nosotros con su eterno recuerdo,
hemos quedado anonadados tras la noticia de su muerte. Y le lloramos. Con el
más sincero afecto. Con la más íntima pena. Sabedores de que para nosotros su
pérdida en el latido de papel de nuestras páginas es grande e irreparable.
Grande e irreparable pérdida para
todos nosotros. No sólo para cuantos al hilo de este vínculo que constituye la
Redacción, que tiene sobre si el penoso deber de plasmar la expresión del
pensamiento y del dolor que nos aflige. También, para nuestros hombres de
Talleres y de Administración; estamos seguros. Por algo el nombre de Juan
Pasquau ha sido siempre mencionado entre nosotros, escrito y repetido, con un
cabal sentido de admiración y de respeto; pero, sobre todo, de cariño. Las páginas
de <<Jaén>> se honraron siempre, durante muchos años, en estos 37
de vida de nuestro periódico, de contar orgullosamente con la colaboración de
su pluma, una de las más preciadas y leídas –nos consta- por nuestros lectores.
Por lo tanto, grande e irreparable es su pérdida para todos.
Mas nos queda un consuelo; ya lo
decíamos. El de su recuerdo. El de su lección permanente de ser, de pensar y de
escribir. Inequívoco trazo. Ejemplar decir. Evocación de hermosa amistad.
Consuelo al que se une otra conformidad suprema de lo trascendente. Para
cuantos alimentamos la seguridad de que desde hoy mismo, Juan Pasquau, maestro,
escritor y biógrafo de Úbeda, estará ya escribiendo crónicas eternas de una
Úbeda infinita, artículos de una inmensidad de azules sin límites y ensayos de
la más profunda convicción filosófica, con la pluma iluminada por la luz
directa de la Omnipotencia y la Verdad...[1]
Pasemos a los párrafos en cortesía a
nuestro ilustre personaje, que se divulgaron en este número del Diario Jaén:
...UBEDA DOLORIDA.
La noticia ha llegado a Úbeda a
primeras horas de la tarde. Al irse conociendo poco a poco, transmitida por
voces doloridas, apesadumbradas, acongojadas, ha ido trascendiendo cada vez con
más prontitud, hasta calar el corazón de miles y miles de ubetenses.
La ciudad ha ido paulatinamente
adentrándose en el más profundo de los dolores. Había conocido la muerte del
hombre que más bellamente la había cantado al mundo entero. Durante el
transcurso de toda la tarde, en la calle y en cualquier rincón de la ciudad,
sólo se comentaba triste nueva: Ha muerto Juan Pasquau. Nos hemos dirigido, en
información de urgencia, a personas que por una u otras causas ha estado
verdaderamente vinculadas con el gran ubetense muerto, para que tuvieran a bien
la amabilidad de definirnos a Juan Pasquau. ¡Nada menos a Juan Pasquau! He aquí
algunas opiniones.
“Juan Pasquau era maestro ante todo y
profesional auténtico. Creyente sincero, que emanaba cristianismo a través de
su personalidad. Ubetense de categoría A y pregonero de nuestra tierra, deja en
Úbeda una estela que durará siempre. Será difícil respirar en ubetense sin
contar con sus enseñanzas”[2].
“creo
que con decir que Juan Pasquau era MAESTRO (con mayúsculas) está dicho todo.
Era un maestro que educaba instruyendo. Los que hemos tenido la dicha de
colaborar con él en la enseñanza, hemos aprendido muchas cosas. Su delicadeza
exquisita, su humildad, su sencillez... Creo que estará siempre presente entre
los compañeros. Era un hombre de una extraordinaria claridad de ideas, de
criterios firmes, de una profunda formación cristiana. Personalmente creo que
ha creado escuela entre sus amigos. De forma particular estoy convencido de que
ha influido ventajosamente en mi vida. Fue mi maestro, y hoy, como compañero
profesional, he estado muy vinculado a él aprendiendo prácticamente todo lo que
sé”[3]
“sufro intensamente al tener
que hablar en estos momentos de Juan Pasquau. Tan intensamente como hubiera
gozado si hubiera tenido que hacerlo cuando disfrutaba él de plena salud. Pero
ahora nuestro ha muerto. Parece inconcebible, pero es así, aunque ha nacido con
ello para el cielo, donde sin duda estará. Se lo ha merecido a pleno rendimiento
y sin demora. Juan Pasquau, mi primero y
mejor amigo, Juan Pasquau el hombre esencialmente bueno y cristiano, el hombre
esencialmente ubetense, el mejor pensador, literario y escritor con que ha
contado Úbeda en lo que va de siglo y no sé si el anteriormente también. Su
pluma, la mejor defensa de Úbeda y aun fuera de ella, y de la Iglesia y de la
fe católica. La que mejor cantó las glorias, las bellezas y las tradiciones de
Úbeda. La que mejor enjuicio siempre Úbeda. Ha muerto nuestro amigo. Luto en
las entrañas de Úbeda a la que amó con amor ejemplar, con amor mitad por mitad
de corazón y de intelecto”[4]
“Ha muerto Juan Pasquau. Una
nueva sonrisa se pasea por el Cielo. Un
sábado, como cuando nuestro santo ubetense, se ha ido a visitar a su amigo, el
Señor. Así es como mueren -¡no!, cómo
nacen, los hombres buenos. Y Juan lo era. A esa hora del
<<encuentro>>, sin saber la noticia, lo evocaba yo con un amigo
común. El sonreiría desde lo alto y nos dedicaría un leve gesto de disculpa. Hoy las piedras de Úbeda, ¡y sus amigos!,
estamos llorando: Juan no es reemplazable”.[5]
“Podemos
definir de forma diciendo de él que ha sido el hombre que ha sabido hacer
poesía de las centenarias piedras que componen la ciudad, y de su historia, que
la ha cantado con la más bella forma poética y que será su paso por ella, un
recuerdo imperecedero en nuestras vidas como ciudadanos ubetenses, y también
será un verdadero ejemplo de cómo debe amarse a un pueblo”[6]
“Cuando
el corazón no ha tomado su marcha normal estremecido al conocer la triste
noticia del fallecimiento de nuestro amigo Juan Pasquau, del que aún conociendo
su gravedad nunca se hace uno a la idea de su desaparición, me pides unos
renglones de sus recuerdos y se me ocurre, dejando a un lado su personalidad,
como escritor que otros se encargarán de matizar hablar de su labor docente,
quizás la más callada, la más íntima, la faceta menos conocida ya que sus años
de docencia han servido para formar íntegramente a muchos alumnos. Habrá
también que resaltar de forma particular, sus virtudes humanas que unidas a su
perfecta y cumplida formación religiosa nos dan un prototipo de hombre íntegro,
ejemplar padre profundo en sus conceptos, compresión para el momento histórico
que le ha tocado vivir. Esto es cuanto se me ocurre sobre su personalidad. Pido
sobre todo a Dios por el eterno descanso de su alma y para que su esposa e
hijos tengan la resignación cristiana necesaria para sobrellevar tan dura
prueba”.[7]
Después de las opiniones expresadas
por ilustres personajes con motivo del fallecimiento de nuestro humanista
personaje, platiquemos sobre aquel
triste acaecimiento.
Úbeda Despide A Su Gran Humanista E
Hijo Predilecto, Juan Pasquau.
Una profunda
conmoción causó tal fallecimiento en nuestra ciudad de Úbeda, y podemos añadir
que de la misma manera conmocionó a toda la provincia. La muerte de este
ilustre ubetense don Juan Pasquau Guerrero, se produjo tras una larga y dificultosa
enfermedad, que resultó
irreversible, y que don Juan
Pasquau sobrellevó en todo momento con ejemplar y admirable fortaleza de ánimo.
Primero en Úbeda y luego durante su internamiento en la Clínica Puerta de
Hierro, de Madrid, el ilustre enfermo dio en todo momento testimonio de su
serenidad y de la grandeza de su alma. Su defunción, no por sospechada, nos
resulta menos sentida. Afirmar que
Úbeda, toda la provincia de Jaén, le
lloró en esos momentos.
Un Desfile Interminable Ante La
Capilla Ardiente De Juan Pasquau.
Aquel enlutado día después de las
ocho de la tarde quedó instalada, en la Cripta del Palacio Municipal[8],
la capilla ardiente donde comenzaron a llegar infinidad de ubetenses para
rendir su emocionado homenaje a don Juan
Pasquau Guerrero, hijo predilecto de la ciudad. El Ayuntamiento manifestó su
profundo pesar a la esposa, doña Rosa Liaño, y a sus hijos, Juan, Francisco y
Miguel Pasquau Liaño[9]
y demás familiares.
Amigos íntimos de Madrid, de
Granada, de Jaén, de toda la provincia y llegados de La Coruña, Valladolid y
otros puntos se unieron con los ubetenses a la hora del entierro. El funeral de
entierro tuvo lugar al día siguiente, domingo día once, a las una de la tarde,
en la iglesia parroquial de San Isidoro. Antes de la salida del cadáver del
Ayuntamiento, el alcalde de la ciudad, señor Almagro Ruiz, impuso sobre el
ataúd el emblema de oro de Úbeda.
Este
renacentista templo, se encontraba repleto de gente, cuando llegó la comitiva
fúnebre, siendo oficiada la misa de <corpus insepulto> por el párroco y
arcipestre de Úbeda, don Antonio Ruiz Sánchez, concelebrada con nueve
sacerdotes más, jesuitas, carmelitas, salesianos y clero secular.
En
la breve homilía pronunciada por el arcipreste, trazó muy admirablemente los
principales rasgos cristianos y humanos del fallecido, sobre todo, dijo, por
esa maravillosa lección de fe que nos había sabido dar a lo largo de su
ejemplar vida.
Fue
el cadáver del cronista oficial de Úbeda llevado a hombros por sus compañeros
de Magisterio, apareciendo el féretro envuelto en el <pendón> de la
Cofradía de Jesús Nazareno, y sobre el mismo un ramo de claveles ofrecido por
los corresponsales de Prensa, Radio y Televisión.
Coronas
de flores naturales llevadas por niños y niñas, del Ayuntamiento, familiares,
Cofradía de Jesús, revista <Úbeda>, Escuela de Artes y Oficios Artísticos
y de los colegios nacionales General Franco, General Saro, Santísima Trinidad,
Virgen de Guadalupe y otros. Tras el cadáver del Señor Pasquau Guerrero el
gallardete de la Hermandad de Jesús, junto a varios hermanos; tras ellos la
esposa, hijos, familiares, amigos y Corporación en Pleno del Ayuntamiento bajo
mazas, y una nutrida representación, destacando numerosas autoridades locales,
altos representantes del Magisterio
provincial, profesionales del periodismo de Jaén y de toda la provincia.
Seguidamente
sus restos mortales son trasladados al cementerio municipal de San Ginés
“vestido de morado[10]
para la entrada al Reino sin fin” como el predijera.
[1] †Pedro Morales. (Director en esas fechas del Diario
Jaén).
[2] José Luis Latorre Bonachera (exalumno, expresidente de
la Unión de Cofradías y actual director
del Museo Arqueológico de la ciudad).
[3] Eusebio Campos Jimeno (compañero, exalumno, profesor y
expresidente de la Agrupación de Cofradías de Semana Santa).
[4] Antonio Vico Hidalgo (amigo íntimo desde la juventud,
compañero en las tareas directivas y hermano de la Cofradía de Nuestro Padre
Jesús Nazareno).
[5] †Manuel Fernández Peña. (Ex –alcalde y personaje ilustre
de Úbeda).
[6] †Francisco Almagro Ruiz.(Ex –alcalde de la Muy Leal
Ciudad de Úbeda).
[7] †Manuel Fuentes Garayalde (Amigo y compañero en las
tareas docentes).
[8] Actual museo del Renacimiento MAR, anteriormente Museo
de Alfarería.
[9] Magistrado del Tribunal Superior de Justicia de
Andalucía. Profesor universitario de la Facultad de Derecho de Granada, jurista
y escritor nacido en Úbeda y residente en Granada. Colaborador en revistas y
periódicos. Ha publicado el libro. Relatos de la mente.(Úbeda, 1984).
[10] Vestido con el traje de Estatutos de su cofradía querida
la de “Nuestro Padre Jesús Nazareno”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario